VIRGINIA Y DAMIÁN

VIRGINIA RE Y DAMIÁN NAVASCUÉS. HOTEL RURAL LAS ABADÍAS. SAN FELICES (SORIA).

“La trufa es una apuesta a largo plazo, una aventura que se convierte en cultivo.”

El relato de Virginia y Damián atrapa desde el minuto uno. El tono pausado de un matrimonio que repasa  su vida al calor del fuego es un regalo para cualquier cazador de historias. La suya es la misma que da significado  al concepto ‘emprender en el medio rural’. Regentes de uno de los hoteles con mayor categoría de  la provincia, han decidido apostar por la tierra y dejar que sean sus entrañas las que vuelvan a dar los frutos  de los que se nutrieron los antepasados del esta zona fronteriza entre Castilla y La Rioja, la trufa y las plantas aromáticas y medicinales.

Deciden ustedes volver al pueblo y apostar por una zona  difícil…

(Damián) Es mi pueblo. Cuando te vas de pequeño, se te llevan  a los diez años, nunca lo olvidas, tus padres siguen aquí, vuelves  y vas, viendo que se pueden hacer cosas que no se hacen.

¿Qué recuerdos tiene de su infancia en el pueblo?

(Damián) Nevaba e íbamos por unas calles heladas que se abrían por el medio con albarcas, llevábamos unas latas de sardinas con unas “versillas” y nos las poníamos debajo de los pies en la escuela, que estaba en la cilla. Allí estaba el aula de los chicos porque las chicas estaban en la planta alta del ayuntamiento y  los pequeños en la baja.

¿Pero cuántos pequeños había en el pueblo?

(Damián) Éramos 114 hogares encendidos, unos 600-700 vecinos.  Éramos una economía muy compleja, no éramos la vega ni la llanura cerealista. Esto era el paraíso del ganado, que tenía una temperatura y unas praderas espectaculares. Y ahora es monte cerrado. Antes estaba limpio, pasaba el ganado, los vecinos nos calentábamos con leña, los tres hornos gastaban madera… Se limpiaba el monte.

¿Por qué apostaron por venir?

(Virginia)Llevaba diez años viviendo con él en Madrid, viajando mucho, yo me quedé embarazada y pensé que era una  oportunidad de cambiar de vida. Además, te agobias porque piensas que al tener el niño vas a necesitar una persona 24 horas para poder cuidar de él y continuar trabajando. Y aquí me vine con una excedencia que acabó en un “que no vuelvo”. Llegamos a un acuerdo y todos felices.

¿Por qué tomaron esa decisión?

(Damián) Se mueren mis padres entre el 98 y 2003, se reparte la herencia entre los hermanos, arreglamos la casa y nos planteamos un tema de turismo activo con planteamientos de calidad para poner en valor las tradiciones del pueblo: las plantas aromáticos. Estamos dentro del Ebro y un desnivel con Aguilar, pueblo de al lado, de 300 metros. Tenemos agua y humedad y el espliego, la lavanda, la salvia… Siempre han sido importantes.  Además, había tradición en la zona de recolectar este tipo de plantas. Era con lo que se ganaban los mozos del pueblo el dinero para las fiestas. Comprábamos unos reales y conseguíamos dinero para comprar “Tigre”, unos polvos para hacer gaseosas.

¿Y cómo se decidieron por apostar por la trufa?

(Damián) Hemos viajado por todas partes, vas oyendo y viendo. Tenemos dos hermanos en Alicante y, todos los inviernos, pasábamos al Pirineo por Morella, y veíamos los viveros. Investigando llegamos a Abraza la Tierra, vimos que Teruel está muy activo. De ahí llegamos a Proynerso y a un estudio sobre la trufa.

(Virginia) Proynerso tiene derivación del proyecto LIFE, es una proyecto para plantación de encina trufera en Tierras Altas, en zona en la que había tradición, como el Madero y Ólvega.

¿Preguntaron a truficultores?

(Damián) Sí. Hablamos con Anselmo de Matalebreras, yo me había buscado contactos con Chelo de Matalabreros y empezamos a mirar libros, ir congresos, a ver características, y a estudiar…

(Virginia) Y a hacer análisis de tierra para ver si era viable, a consultar a especialistas de nivel nacional. Viajamos a Teruel, Lérida y Valladolid, que son tres puntos claves.

 

TRUFASSY de la teoría a la práctica…

(Damián)  En octubre de 2008 se celebra el Congreso Internacional  de Fruticultura, fui y me convencí más. Y a la vuelta, plantamos. Ahora tenemos 40 hectáreas de plantas aromáticas, 25 de truferas y 7 de combinación de ambas.

¿Lo de la trufa es una plantación a largo plazo?

(Damián) Es una apuesta a futuro. Ahora entramos en el sexto año de la plantación y esperamos que en el octavo-noveno empiece a haber retorno, no estable pero algo. Así pasará de una aventura a un cultivo. Hemos hecho todo menos el tema del riego, que es una previsión para este año o el que viene.

Han hecho apuesta por la trufa en San felices, ¿hay posibilidad en toda la provincia?

(Damián) –Desde luego, en toda la provincia. Tenemos una tierra con un PH de 7.5 para arriba un frío helador y un cierto nivel de despoblación y falta de contaminación.

Soria quiere convertirse en referente trufero ¿se están dando los pasos necesarios?

(Damián) La Asociación Forestal de Soria es un ejemplo único de apuesta y acompañamiento a los que hemos empezado. La Asociación de Truficultores está empezando a moverse. La Diputación ayuda modestamente pero la Junta creo que no. Sería necesaria más ayuda. En esta zona somos LIC, Red Natura y, aunque los manuales dicen que la trufa se da donde ha habido cultivo y ahora no hay nada, no nos dejan tocar nada. No podemos hacer nada, con lo cual lo único que se va a conseguir es despoblar las zonas protegidas. A mí, no me dejan poner encinas truferas.

(Virginia) El tema es que si echaran una mano, aprovecharan la oportunidad de empresarios que tienen ideas y ganas de emprender, hablaríamos de otra situación. Es un poco triste, porque nos hemos vuelto demasiado políticos y solo nos centramos en proteger sin ver más allá.

Además de la trufa, se apuesta por otro cultivo como la lavanda ¿Es tradicional en la zona?

(Damián) Hay una variedad de lavanda que se llama del Moncayo, para que te hagas idea de la tradición de esta planta.

¿Y tenéis destilería?

(Damián) Tenemos una grande en la que completamos todo el proceso. Ahora mismo tenemos cuatro socios con nosotros, de Inestrillas, Cabretón, Cascante y Tramoz.

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¿Qué usos tienen estas plantas?

(Damian) Todo lo que esté envasado y necesite conservar olor o sabor tiene alguna especie, verduras precocinadas, perfumería, limpieza, algunas bebidas…

(Virginia) Y luego tienen sus usos principales como medicinales. Dependiendo de lo que necesites, cada uno tiene su peculiaridad y su uso. Como cicatrizantes, algunas de ellas muy potentes.

¿Cómo veis las aplicaciones de la trufa en la gastronomía de Soria o la combinación con otros ingredientes?

(Damián)  Lo primero que hay que decir es que es un alimento normal y sencillo que no es tan caro como dicen. El kilo puede ser  150 euros al año, y con eso, cocinas todo el año platos como cocidos, huevos, carnes.

 

¿Se está dando a conocer el producto?

(Damián)  Se ha hecho una primera promoción seria por parte de las asociaciones turísticas, ASOHTUR, Asfoso , y la Asociación Trufera. Y yo creo que se está haciendo bien, se están sentando las bases en Soria; pero en los próximos años hay que ir a Zaragoza, Bilbao, Barcelona, Madrid y hay que venderlo, no como producto de élite, sino como un producto de calidad para cualquier cocina.

Además, tienen esta casa reconvertida en hotel rural…

(Damián) Es una casa con mucha historia en un pueblo con mucha historia. El monasterio de Fitero hizo siete fundaciones, una de ellas en el río Alhama. Aquí hubo las canteras de piedra hasta la peña… El pueblo está encima de una peña, por aquí ha pasado “El empecinado”, han pasado musulmanes, enfrente del pueblo hubo batalla entre carlistas y los liberales… Y en la rehabilitación, todo lo que se ha encontrado en el vaciado de la casa que era historia, se ha mantenido.

¿Les da la sensación de que Soria tiene olvidado a San Felices?

(Virginia)  Mira, te voy a contar una anécdota triste pero real. El otro día llamé a la Junta hace unos días por el tema de la tele digital, y me preguntaron si el pueblo pertenecía a Soria… No sabemos a quién pertenecemos, somos tierra de nadie.

¿Qué les dicen los que visitan a este hotel rural?

(Virginia)  Hay naturaleza, hay historia… Para los que somos de ciudad, entre los que me incluyo, es una auténtica maravilla. El alojamiento tienen cuatro estrellas verdes, solo hay otro en Ólvega.

(Damián) No hacemos alarde de nada, solo hemos querido poner un trocito de modernidad en la tradición del pueblo.

¿Cuántas habitaciones tiene el hotel?

(Damián) Ocho habitaciones y otras instalaciones como un spa en el sótano y una terraza que queremos cerrar esta primavera para que sea un solárium. San Felices tiene mucho sol y hay que aprovecharlo… Normalmente vemos un mar de nubes debajo de nosotros.